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Hábitos diarios que perjudican la espalda

  • Foto del escritor: Laura Farré Marsellés
    Laura Farré Marsellés
  • 15 may 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 4 jun 2019

En la mayoría de los casos, prevenir el dolor de espalda es una cuestión más fácil de lo que parece y no requiere de grandes tratamientos.


Sin embargo, ¿cómo es posible, que siendo así, esta dolencia afecte al 80% de la población en algún momento de su vida? Está claro que algo hacemos mal o no hacemos lo que nuestra espalda necesita.


Fuente: Pexels

Para evitar estas molestias deberíamos tener claro qué perjudica y favorece a nuestra columna vertebral.


Durante el día

  • ¿Caminas bien erguida? Las preocupaciones, los nervios, o el afán de disimular un pecho o un vientre prominente hacen que muchas mujeres caminen encorvadas. Para evitar esta postura tan perjudicial, imagina que un hilo tira de ti desde la coronilla, eleva el mentón, echa los hombros atrás y el vientre hacia dentro. Verás como tu eje cambia en un segundo.


  • ¿Cuando estás sentada te apoyas en el borde de la silla? Si te dejas caer en la silla o el sofá de cualquier manera, tu espalda puede sufrir porque apoyarse el borde hace que se encorve. Aunque tengas intención de descansar solo un momento, es importante que tu columna se apoye en el respaldo, sobre todo la zona lumbar y el coxis.


  • ¿Practicas menos de 3 horas de ejercicio a la semana? Para cuidar tu espalda es esencial combinar ejercicios de tonificación con estiramientos que te ayudarán a aliviar tensiones. En este principio se basan el pilates, el yoga y la natación.


  • Fíjate en tu columna a todas horas. Cuando hagas ejercicio, estudia cómo funciona tu cuerpo, céntrate en el trabajo de los músculos y aplícalo a tus actividades cotidianas.


  • ¿Pasas muchas horas sentada o de pie? Incluso aunque estés bien sentada, con la espalda recta y las piernas apoyadas en el suelo o un reposapiés formando un ángulo recto, la inmovilidad y los movimientos reiterativos originan problemas de espalda. Para evitarlo, levántate al menos cada media hora para estirar piernas y brazos, girar suavemente el cuello y mueve los hombros. Si, al contrario, permaneces varias horas de pie sin apenas moverte, intenta no apoyar el peso del cuerpo siempre en la misma pierna y dejar los hombros relajados y la cabeza y el tórax erguidos.


  • ¿Usas tacón alto? Los zapatos de tacón hacen que el pie se deslice hacia adelante, de forma que la espalda queda arqueada todo el día y aumenta la presión entre los discos, con lo que el dolor es mayor. Lo ideal son los tacones más bien anchos de 3 o 4 cm de altura y hormas holgadas


Fuente: Bygint

Mientras duermes

  • ¿Descansas mal? La espalda es muy sensible al estrés y, especialmente, las cervicales. Las tensiones tienden a agarrotar la musculatura de esta zona. Pero no solo eso, los nervios son también la causa del bruxismo. Lo peor es que este rechinar de dientes se acentúa cuando duermes y te despiertas todavía con más dolor.


  • ¿Cuánto hace que duermes en el mismo colchón? Deberías invertir en un buen colchón para que tu descanso sea óptimo y tu espalda no sufra: debe ser firme, pero a la vez suficientemente mullido para adaptarse a las curvas de tu columna. Y renuévalo cada 10 años.


  • ¿Duermes en una postura adecuada? Descansar boca abajo te obliga a torcer la cabeza hacia un lado y fuerzas las cervicales. Si duermes boca arriba, dobla las rodillas y coloca una almohada debajo para no cargar las lumbares. La posición ideal es de lado con las piernas flexionadas y un cojín entre ellas.


Fuente: Unsplash

Qué hacer cuando sientes dolor

  • No guardes reposo. Puede hacer que el dolor se vuelva crónico, ya que al estar inmóvil se debilitan los músculos. Y es que una persona en cama pierde entre un 10 y un 20% de movilidad por semana, además de masa ósea y muscular.


  • ¿Frío o calor? Si es por una mala postura o gesto brusco, es preferible aplicar compresas frías. Pero si se trata de un dolor artrósico o por osteoporosis, se ha demostrado que el calor seco de las lámparas de infrarrojos lo alivia. Están en los centros de rehabilitación, pero también las hay para usar en casa.


Fuente: Pexels

Finalmente, recuerda que la información de este post y de toda la página +salud no sustituye ninguna prescripción médica.

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