Enganchados al juego
- Cecilia Parellada
- 3 jun 2019
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 5 jun 2019
Las casas de apuestas han crecido gracias a las nuevas tecnologías y, con ellas, más jóvenes se han convertido en adictos a apostar. En los últimos años, la media de edad de los afectados por la ludopatía se ha reducido de los 42 a los 33 años.
"Hay jóvenes que los conozco como si fueran casi de mi familia", explica una trabajadora del local Sportium, una de las muchas casas de apuestas deportivas disponibles por las calles de Barcelona. Más concretamente, en la ciudad condal se pueden encontrar un total de 39 casinos de esta empresa, según su página oficial. Del mismo modo que reciben el nombre "casas de apuestas", estas se han convertido en los hogares de muchos jóvenes, que, como dice la misma empleada, "no hay día que no falten". Jóvenes como Andrés, con 21 años de edad, aunque comenzó cuando aún era menor. "Apostaban mis amigos más mayores con mi dinero", confiesa ahora que él también lo hace. "Empecé apostando poco dinero a partidos de Primera División, ahora apuesto cantidades mayores e incluso en la Liga china femenina de baloncesto". Ignasi tiene un perfil muy parecido al de Andrés: 19 años y también estudiante universitario. "Pierdo más veces de las que gano, pero cuando gano lo recupero todo y consigo beneficio", asegura convencido. Aún así, añade: "al principio llevaba los cálculos de todo lo que ganaba y perdía, ahora ya no lo controlo tanto".

Ambos niegan tener ningún principio de ludopatía, aunque pasan horas y horas enganchados a las apuestas. "He llegado a estar 4 horas seguidas dentro del Sportium sin apenas darme cuenta", comenta Ignasi. "Lo puedo dejar cuando quiera", dicen los dos con seguridad, lo que podría suponer un obstáculo, ya que "el primer paso es aceptar el problema", tal como afirma el psicólogo Ferran Roig, especialista en conductas adictivas.
LA VULNERABILIDAD DE LOS JÓVENES
La ludopatía, es decir, la adicción al juego, afecta cada vez a más jóvenes españoles, sobretodo al sector masculino en un 85% con un incremento anual del 7,01%, según el Informe del perfil del jugador de los años 2016-2017 elaborado por la Dirección General de Ordenación del Juego.
Fuente: Elaboración propia
La irrupción de las nuevas tecnologías en este particular y complejo mundo, la legalización del juego en línea el año 2012, y el incremento de oferta y publicidad de las casas de apuestas son algunas de las causas del aumento de esta enfermedad entre los jóvenes. En la Asociación de ludópatas de Navarra (ARALAR) han vivido de primera mano este crecimiento. En dos años, el promedio de edad de los pacientes ha pasado de los 42 a los 33 años. Según explica Daniela Scorrani, trabajadora social de la asociación, la mayoría de las personas que solicitan su ayuda son jóvenes mayores de edad, ya que no pueden atender a menores, aunque "el problema de los menores que apuestan continúa existiendo igualmente".
La ludopatía se basa en la dependencia. "La clave de la adicción es el circuito del placer y la recompensa", explica Ferran Roig. "Esto es lo que genera una dependencia, jugar se convierte en la única manera de obtener este placer". La dependencia acaba llevando a los jóvenes a organizar sus días alrededor del mundo de las apuestas, una vida que gira en torno a la búsqueda del placer, no sólo para ganar dinero, sino simplemente para volver a sentir de nuevo la adrenalina que jugar y apostar les proporciona. "Las apuestas tienen un peso importante en mi vida", acepta Andrés.
En principio, la mente de una persona joven ludópata no se diferencia de una de un adulto. Pero, por diversas razones, la adicción afecta aún más a los jóvenes. Según el psicólogo Diego Remón, estos "tienen una mayor necesidad de rebeldía". Además, "están en una etapa de cambio que afecta a sus hormonas y tienen un cerebro más inmaduro, con menos mecanismos de control". Siguiendo la misma línea, Roig argumenta que "los jóvenes pueden sufrir una falta de racionalidad, porque el control de impulsos en esta edad todavía se está desarrollando". De hecho, el lóbulo prefrontal, encargado del control de impulsos y el pensamiento racional es la última parte del cerebro en desarrollarse. Según el psicólogo, su desarrollo no termina hasta los 24 años de edad, por lo que los jóvenes son aún más vulnerables a la adicción al juego.
Marta De Gràcia, psicóloga especializada en el juego patológico, señala que “la adicción comienza cuando se pierde el control sobre la conducta”. "Cuando pierdo, apuesto más dinero y lo recupero, quizás no el mismo día pero el siguiente o el otro sí. Es muy difícil perder siempre y no recuperar nunca, por eso tampoco me preocupo en exceso", afirma Ignasi. Precisamente, este es el tipo de conducta que señala De Gracia como principio de ludopatía, porque el jugador "empieza a perder la libertad sobre su conducta, ya que el juego se ha convertido en una necesidad y ha dejado de ser un entretenimiento".
“la adicción comienza cuando se pierde el control sobre la conducta”
"Nunca he dejado de quedar con alguien o de hacer algo para ir a apostar dinero, lo que sí he hecho es decirle a la persona con la que he quedado de ir a jugar un rato juntos", explica Ignasi. "Muchas veces quedo con mis amigos para ir a apostar juntos. Hay quien va al bar, nosotros vamos al Sportium”, explica también Andrés. Tal y como afirma Francesc Pereandreu, presidente de la Asociación Catalana de Adicciones Sociales (ACENCAS), comportamientos como estos acaban derivando en problemas mayores y, actualmente, el país vive “una pandemia a nivel juvenil: cada vez vienen más menores a pedir tratamiento”. En la unidad de juego patológico del hospital de Bellvitge han llegado a tratar a pacientes de tan sólo 14 años, que utilizan el DNI de sus padres para burlar el límite de edad.

Por causas como éstas, el perfil de edad más representativo del jugador es de entre 18 y 25 años, especialmente en “estudiantes o parados sin responsabilidades familiares”, explican desde la Federación Española de Jugadores de Azar en Rehabilitación (FEJAR). “Cada vez hay más amigos míos que apuestan y el dinero que apostamos va en aumento”, relata Andrés. Según datos de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), en el último trimestre de 2018 se produjo un incremento del 27,61% de los jugadores respecto al año anterior.
Fuente: Elaboración propia
Para muchos jóvenes, las apuestas han pasado de ser algo esporádico a ser una forma de entretenimiento tan recurrente como ir al cine o hacer deporte. "Empecé porque mis amigos iban, al principio sólo lo hacía para divertirme de vez en cuando y no me fijaba mucho en el dinero. Ahora, en cambio, voy bastante más y si que me preocupo por lo que gano” explica Ignasi, aunque aclara que se apoya en su autocontrol: “nunca apostaré una cantidad que no me pueda permitir”. Esta cruda realidad está mucho más presente en la sociedad de lo que realmente se piensa la gente. “Mi primera intención era aprovechar mis conocimientos de fútbol para poner un poco más de emoción a los partidos. Actualmente lo que más me interesa es ganar dinero”, confirma Andrés.
LA TRAMPA DEL NUEVO MUNDO VIRTUAL
Desde ACENCAS, explican que "hay mucha gente que no iría nunca a un salón de juego porque les daría vergüenza que alguien los viera entrar". De este modo, recurren al teléfono móvil y las apps de apuestas que "les permiten jugar a cualquier hora, en cualquier momento, desde cualquier lugar y desde el anonimato".
Ignasi es una víctima de ello. “Juego en Bet365 (la plataforma online de apuestas más grande del mundo), con mucha más frecuencia que en Sportium, principalmente porque lo tengo más a mano: puedo apostar desde casa y es muy práctico porque a veces da pereza vestirse y salir a la calle”, explica. Desde el Hospital de Bellvitge, la psicóloga Susana Jiménez confirma que, en el año 2018, la adicción al juego en línea supuso un 14% de los casos que atendieron. El crecimiento es evidente: "en 2005 los casos de adictos al juego en línea suponían sólo el 0,5% de nuestros pacientes", explica Jiménez.

Internet es un mundo peligroso, y más en el caso de las apuestas. Sus características son peculiares y distorsionan la visión del dinero. "Soy consciente de que con las apuestas online no controlo tanto el dinero, al no verlo físicamente me es igual apostar 20 euros que 5”, explica Ignasi. Según Jiménez, "la posibilidad de jugar contínuamente también incide en el tiempo necesario para desarrollar una adicción". La afirmación es corroborada por Andrés: "Si hay jornadas que me interesan, puedo llegar a estar 5 horas al día pendiente de las apuestas".
"Soy consciente de que con las apuestas online no controlo tanto el dinero, al no verlo físicamente me es igual apostar 20 euros que 5”
La DGOJ (Dirección General de Ordenación del Juego) no concibe que el juego en línea sea más peligroso que el presencial. Sin embargo, según estimaciones del Hospital de Bellvitge, en el juego presencial se necesitan entre 5 y 6 años apostando para engancharse, mientras que en el juego online es suficiente con 1 o 2. "Desde que apuesto en línea, apuesto más dinero y de forma más continuada", confirma Ignasi. De Gracia afirma que hay pacientes que llegan con deudas de hasta 200.000 euros perdidos en juegos en línea.
POCO CONTROL Y MUCHA INFLUENCIA
Según el artículo 48 de la Ley de la Regulación del Juego, de 2011, los impuestos que pagan las casas de apuestas varían entre el 15 y el 25%, lo que supone un gran ingreso para el Estado. De manera fácil y efectiva, el estado ingresa "dinero dulce", como dice Scorrani. Es por ello que las leyes y las restricciones en este país son "pobres", capaces de permitir cualquier cosa para no limitar y reducir el ingreso de beneficios. De este modo, se pueden encontrar anuncios en la televisión sobre casas de apuestas y casinos en horas en las que está prohibida la difusión de publicidad de alcohol y tabaco, y no existe ninguna ley que lo prohíba.
Gran parte de estos anuncios están situados en partidos de fútbol - lo que todavía da más cuerda a las apuestas deportivas - pero esto no limita su acceso a otras plataformas de publicidad: televisión, radio, paradas de autobús, etc. Scorrani y Remón se ponen de acuerdo en un punto: el bombardeo de este tipo anuncios. No anuncian la adicción, sino que anuncian la diversión, la rapidez y la facilidad de ganar dinero, “llamando así la atención de los jóvenes en dos de los aspectos que más valoran: independencia económica y entretenimiento”, según explica Remón. La vulnerabilidad del cerebro del joven cae en la trampa de la publicidad, apoyada por la imagen “de deportista exitoso, modelo, famoso y millonario”, se queja la trabajadora de ARALAR. El tenista Rafa Nadal y los futbolistas Cristiano Ronaldo y Neymar anuncian webs de póquer a menudo. El Real Madrid ha lucido durante años una casa de apuestas deportivas, Bwin, en la camiseta.

Ninguno de los profesionales que trabaja con ludópatas entiende por qué está permitida la publicidad del juego en internet. "La administración está fomentando la ludopatía", afirma Pereandreu. "Cuando un ejemplo del esfuerzo diario como Rafa Nadal anuncia una web de póquer, quiere decir que tenemos un problema", añade Juan Lamas, director de FEJAR. Lamas, Pereandreu y Jiménez coinciden en que muchos jóvenes empezaron a jugar después de ver un anuncio. “Yo empecé a jugar para que jugaban mis amigos, pero ya antes los anuncios me habían llamado la atención”, confirma Ignasi.
"La administración está fomentando la ludopatía"
Según María José Solé, socióloga especialista en publicidad en menores, la publicidad va un paso más allá: "hay estudios que indican que las melodías de los anuncios van dirigidas a los más jóvenes, aunque esté prohibido jugar hasta los 18 años”. Juan Lamas afirma que “los famosos bonos de bienvenida (ofertas que realizan los primeros depósitos: por ejemplo, para ingresar 20 euros te dan 20 más de regalo) contribuyen a que los jóvenes, con menor capacidad adquisitiva, entren en las casas de apuestas”. Andrés, con una cuenta en más de 10 casas de apuestas online, lo confirma: "lo hago para aprovechar los bonos de bienvenida y luego, como ya tengo la cuenta, continúo jugando".
El problema existe, y tiene todos los números de mantenerse y crecer. Cada vez más jóvenes tienen accesibilidad a plataformas online para poder apostar y ningún impedimento que los pare. Tanto las leyes actuales como la publicidad fomentan estas conductas adictivas y nada indica un posible cambio o aumento de restricciones. La sociedad, por su parte, "está dormida", lamenta la trabajadora de ARALAR. "Uno no puede detectar un ludópata hasta que lo ve jugando", afirma, e incluso los propios jugadores, como Ignasi o Andrés, son incapaces de verse a sí mismos.
| Anna Carrera y Cecilia Parellada
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