Entrevista: Adicciones del siglo XXI
- Claudia Riera Lopez
- 24 may 2019
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 5 jun 2019
Las conductas y el consumo de sustancias adictivas han estado presente a lo largo de la historia de la humanidad. Sin embargo, en la actualidad y de la mano de las tecnologías, que ya dominan todas las esferas de nuestra sociedad, han aparecido nuevos factores y vías de consumo que han hecho incrementar ciertas conductas adictivas. ¿Cuáles son las adicciones que han crecido fruto de los cambios sociales de este siglo? Abordamos el estado actual de la cuestión y el ámbito de las adicciones con Vega González, psicóloga clínica y directora del centro AIS (Atención y Investigación de Socioadicciones) de Barcelona, y con Teresa Fernández, psiquiatra en la unidad de salud mental y adicciones del CASD (Centro de Atención a las drogodependencias) de Mataró y de Ocata. Estar informado y conocer los riesgo es el primer paso para prevenir conductas dañinas para nuestra salud.
¿Qué define una adicción?
Teresa: Una adicción es un comportamiento desadaptativo a través del consumo de sustancias o de una conducta que proporciona algún tipo de beneficio (placer, tranquilidad, euforia...). Al realizarla de forma habitual, por una lado, provoca unos cambios neuroadaptativos, y por otro, se incorpora en el sistema de vida para gestionar algunas emociones, ya sean positivas o negativas (impotencia, frustración, tristeza...).
Vega: La persona que la padece debe sufrir al menos 4 de los siguientes ítems durante algún momento en los últimos 12 meses: tolerancia, abstinencia, aumento en el consumo o el tiempo dedicado a la conducta problema, y esfuerzos infructuosos por controlar o interrumpir el problema.
¿Dónde empieza la adicción?
T: Las adiciones son complejas y es difícil determinar en qué momento se cruza la línea entre un abuso y un comportamiento adictivo. Si se trata de una sustancia, un factor puede ser el síndrome de abstinencia, que serían aquellos síntomas físicos que ocurren cuando la persona no ingiere la sustancia de forma habitual. Pero es un concepto más interesante y descriptivo el hecho de que la adicción empieza cuando la persona utiliza la conducta para sentirse mejor y, sobretodo, cuando la mantiene a pesar de los perjuicios que le ocasiona a nivel de salud, en el ámbito, familiar, económico, etc.
¿En qué medida debe considerarse una enfermedad?
T: Se considera una enfermedad cuando ocasiona unos cambios en los circuitos neurológicos cerebrales. Entonces, el problema tiene una base neurobiológica.
Según la Clínica de Tratamiento de Adicciones RECAL de Madrid, existen dos grandes grupos de manifestaciones de una adicción: a sustancias (tabaco, alcohol, cannabis, cocaína…) y de comportamiento (el amor, la comida, el juego, las compras…). La dinámica es común en ambos casos, ya que el afectado/a establece una relación de consumo o de comportamiento que altera su estado de ánimo. Muchas de las efectos dañinos son comunes independientemente del objeto o conducta adictiva, aunque también existen daños específicos asociados a una determinada adicción.
A rasgos generales, ¿cuáles pueden ser las causas de una adicción y cuáles son los factores de riesgo?
T: Las causas de la adicciones son, en primer lugar y muy especialmente en el caso de las sustancias, el hecho de que tienen potencial adictivo, ya que atraviesan la barrera hematoencefálica y actúan sobre el circuito cerebral de la recompensa. A esto se tienen que añadir los factores individuales, genéticos, familiares, etc, que puedan influir y, sobretodo, las características personales de cada uno. Por ejemplo, una persona impulsiva con poca percepción del riesgo puede ser más vulnerable a padecer una adicción. Igualmente, una persona tímida o con tendencia a la ansiedad puede utilizar el objeto adictivo para evadirse o para afrontar situaciones sociales.
V: Las adicciones, igual que cualquier enfermedad, son multicausales. En su desarrollo
influyen factores personales, familiares, sociales, socioeconómicos, ambientales y de la
propia conducta.
“Las adicciones que han experimentado un crecimiento en los últimos años son las relacionadas con el uso de Internet.”
¿Existen determinantes sociales que pueden convertir un objeto o conducta en adicción (como la publicidad, por ejemplo), o todo recae en las decisiones y voluntad de las personas?
V: Los determinantes sociales solo son un factor más. Lo que lleva a alguien a perder el
control sobre una conducta no es un solo factor, sino la combinación de muchos.
T: En el caso concreto de la publicidad, sí que es cierto que puede modelar estilos de vida y, probablemente, un estilo de vida en el que la diversión o las experiencias extremas pueden favorecer algunas actitudes. Pero si la persona tiene capacidad de crítica siempre puede decidir.
Hablemos de las adicciones del siglo XXI, que han aparecido como nuevas o ya existentes, pero que se hayan incrementado especialmente en los últimos años...
¿Cuáles serían principalmente?
relacionadas con el uso de Internet. Los problemas relacionados con el sexo, las apuestas o las compras ahora también puede realizarse a través de este medio pero esto no los convierte en nuevos problemas, sino en los mismos problemas realizados de maneras diferentes. Por otra parte, han aparecido como problemas nuevos los relacionados con los videojuegos (sobretodo online) y el entretenimiento online (redes sociales, videos, series...).
¿Qué elementos son los que pueden provocar que el juego online pueda convertirse en una adicción por “juego patológico online”?
V: Los mismo que para el juego patológico “tradicional”, factores socio-económicos,
personales y familiares.
¿Cómo es el tratamiento que debe seguir un ludópata online y las prevenciones de cara a posibles recaídas?
V: Todas las guías de recomendación internacionales, por ejemplo la Guía NICE, recomiendan para el tratamiento de los problemas de adicción, y más concretamente para adicciones comportamentales, que el tratamiento cognitivo conductual debe ser el tratamiento de elección.
¿Qué caracteriza la adicción al sexo y en qué formas se puede revestir?
V: La adicción al sexo se caracteriza por una pérdida de control de la conducta sexual. Las conductas descontroladas pueden tomar diversas formas: masturbaciones, prostitución, encuentros casuales, consumo de pornografía...
¿Consideras que las nuevas tecnologías y la aparición de aplicaciones móvil, como Tinder, favorece esta conducta sexual compulsiva?
V: Este tipo de tecnologías facilitan la realización de algunas conductas relacionadas con los problemas de control del sexo. Pero una vez más, que se desarrolle o no este problema es algo multicausal, la facilidad de acceso es sólo una de las múltiples causas.
¿Cómo se trata dicha adicción?
V: En este caso, en el tratamiento cognitivo-conductual se aplican diferentes técnicas psicológicas: control de estímulos, como el control económico por ejemplo, la reestructuración cognitiva, cambio de pensamientos distorsionados, relajación, etc.
¿Existe una adicción a la práctica deportiva y al desarrollo de una estética corporal a ella asociadas?
V: La mayoría de los casos clínicos que indican una adicción a la práctica deportiva responden a otros diagnósticos, como serían los trastorno alimentario, TOC (trastorno obsesivo compulsivo), personalidades obsesivas...
¿Podemos hablar también de una adicción relacionada con el consumo de complementos nutricionales y alimentos relacionados con el culto al cuerpo?
V: Este comportamiento no está reconocido como adicción en ningún manual diagnóstico de enfermedades y a nivel clínico apenas se ven casos. Cuando se ven, el diagnóstico final suele ser otro, como la personalidad obsesiva.
Hablemos de las adicciones tecnológicas: Internet, móvil, redes sociales y videojuegos. ¿Qué colectivo es más vulnerable a sufrir esta adicción?
V: Si hablamos de redes sociales o videojuegos, los adolescentes y pre-adolescentes sería el colectivo que consulta más por este tipo de problemas.
“En la actualidad, la adicción a las tecnologías no está contemplada como un problema de salud pública al mismo nivel que la adicción a las drogas o al juego.”
¿Qué satisfacciones produce la red que pueden convertir a una persona adicta a las tecnologías que la proporcionan?
V: Hay varias teorías para responder; por una parte, los videojuegos y las redes sociales están diseñados con ciertas características que intentan favorecer su uso continuado (facilidad de uso, recompensas rápidas y variables, inmersión…). Por otra parte, se hipotetiza que la facilidad de establecer relaciones sociales online con personas con tus mismo gustos y aficiones puede ser también un factor asociado al desarrollo del problema.
¿Cuáles son los signos iniciales?
V: Serían el aumento del tiempo de uso, abandono de otras actividades, falta de control sobre la actividad y el empeoramiento del rendimiento escolar en el caso de los menores.
En la actualidad, la adicción a las tecnologías se puede considerar un problema de salud pública a la altura de la adicción a las drogas o el juego?
V: No, de momento no está contemplado al mismo nivel.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las nuevas tecnologías, herramientas que han aparecido para hacernos el trabajo y el día a día más fácil, son ahora un factor de riesgo susceptible a convertirse en adicción en la sociedad del siglo XXI. Datos de la OMS revelan que una de cada cuatro personas sufre trastornos relacionados con las nuevas adicciones tecnológicas. En España, se estima que entre el 6 y 9% de los usuarios de Internet podrían haber desarrollado este trastorno adictivo.
Entrando en el terreno de la drogadicción, aparte del consumo de cocaína, cannabis y otras drogas populares, en el último siglo están apareciendo nuevas sustancias. ¿Cuáles son y cuáles se consumen más?
T: Dentro del colectivo de jóvenes se ha extendido el consumo de ketamina, que es un anestésico con poder disociativo y potencialmente alucinógeno, las anfetaminas (también conocido como “cristal”) y las catinonas sintéticas, que tiene un efecto estimulante y se venden como sales de baño o alimento para las plantas. Así mismo, se está difundiendo el uso de algunos medicamentos que tienen derivados opiáceos en su composición, como jarabes para la tos, y se mezclan con bebidas alcohólicas o estimulantes a modo de combinado. También se ha empezado a observar el abuso o dependencia de opiáceos de prescripción (fentanilo, parches de morfina...), que en algunos casos se han prescrito pare el dolor crónico o oncológico y que han acabado generado una conducta adictiva en el paciente, sobretodo en adultos.
¿Qué efectos tienen sobre la salud de los consumidores estas sustancias?
T: A parte el poder adictivo, los estimulantes, y especialmente los que tiene un potencial alucinógeno, pueden provocar crisis de ansiedad, episodios disociativos, o episodios psicóticos con o sin alucinaciones. En general, son episodios autolimitados y cesan al cabo de unas horas. Aunque si el consumo se prolonga y la persona tiene cierta vulnerabilidad puede ser el detonante de una patología mental que puede llegar ser crónica. Además, si hay combinación de varias sustancias aumenta el riesgo de sobredosis y de sufrir una intoxicación aguda.
“Los determinantes sociales solo son un factor más. Lo que lleva a alguien a perder el control sobre una conducta no es un solo factor, sino la combinación de muchos.”
Para ir terminando...
Según un trabajo realizado por la U.N.E.D en 2004 por el Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación (Explorando la relación de la adicción a la compra con otros comportamientos excesivos: un estudio piloto), existe una relación entre la compra adictiva y la frecuencia con que se realizan “otros” comportamientos excesivos, tales como el juego patológico, el consumo problemático de alcohol y el consumo de sustancias psicoactivas. ¿Hay entonces una tendencia de las personas adictas a sufrir más de un tipo de adicción?
V: Una de las comorbilidades comunes de las adicciones comportamentales es el consumos de otras sustancias, pero no suele haber comorbilidad (presencia de uno o más trastornos o enfermedades) con otras adicciones comportamentales.
Según un estudio de 2010 de la Universidad de Navarra de los psicólogos Javier Fernández-Montalvo y José Javier López-Goñi (Adicciones sin drogas: características y vías de intervención), en todas las adicciones la depresión es un factor común, previa a la adicción o consecuencia de la misma, ¿por qué?
V: Efectivamente, los síntomas depresivos (que no es lo mismo que la depresión) suele ser una de las comorbilidades más comunes en este tipo de trastornos. Suele ir asociada al empeoramiento general que sufre la vida de la persona afectada, como la pérdida de relaciones sociales o sentimentales, pérdida de dinero, pérdida de trabajo o estudios, y abandono del resto de actividades gratificantes.
“Hay una parte de tratamiento específica para la prevención de recaídas, en ella se trabajan aspectos como la evitación de la conducta o las personas y lugares que nos la recuerdan.”
A rasgos generales, ¿Cómo es el tratamiento de un adicto (principales fases, acciones…)?
V: Generalmente, las fases son: psicoeducación sobre el trastorno, control de gastos y
conductas, reestructuración de pensamientos distorsionados, entrenamiento en
resolución de problemas y gestión de emociones negativas, búsqueda de actividades
alternativas y la prevención de recaídas.
¿La enfermedad puede llegar a ser crónica?
V: Las adicciones pueden llegar a mantenerse durante toda la vida, pero si una persona recibe tratamiento y se le da el alta se le considera una persona sana, sin ninguna enfermedad. Aun así, como en cualquier enfermedad física o psíquica, esa persona seguirá teniendo ciertas vulnerabilidades para ese tipo de adicción.
¿Cómo se pueden reducir o evitar las recaídas?
V: Hay una parte de tratamiento específica para la prevención de recaídas, en ella se trabajan aspectos como la evitación de la conducta o las personas y lugares que nos la recuerdan. También se entrena la comunicación con los seres queridos por si en algún momento el paciente tiene ganas de realizar la conducta o tiene una pequeña recaída. Así mismo, se analizan las posibles situaciones en las que se puede recaer y se buscan posibles soluciones y medidas de control.
¿Se pueden prevenir las conductas adictivas?
V: Sí que existen ciertas prácticas para la prevención: el conocimiento del problema, el control de la publicidad y el acceso a ciertas conductas, la educación en el uso correcto de determinados comportamientos, la buena comunicación familiar, la búsqueda de actividades de ocio alternativas, el refuerzo de apoyo social y la mejora de la gestión emocional.
Finalmente, recuerda que la información de esta publicación y de toda la página +salud no sustituye ninguna prescripción médica.
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